A principios del año 2002 la Unión Europea redactó una directiva centrada en la eficiencia energética de los edificios, con el objetivo de reducir el consumo excesivo de energía en un 22%. En dicha directiva se incluyeron todas las instalaciones que afectan a los edificios, entre los que se encontraba, naturalmente, la iluminación.
Lógicamente este anhelo en obtener la máxima eficiencia energética tenía que realizarse sin menoscabar, en el caso de la iluminación interior, la calidad de la misma y garantizar no solo los niveles de luz necesarios sino la consecución de todos los parámetros para obtener un entorno de trabajo confortable y seguro. De esta manera a finales de 2002 se redactó la primera Norma Europea de Iluminación UNE-EN 12464-1, relativa a la iluminación de los lugares de trabajo en interior.
Desde entonces, y especialmente debido a revolución que ha supuesto la iluminación LED, se ha ido actualizando regularmente esta normativa. La de 2002 fue sustituida por la norma UNE-EN 12464-1 de 2012 y está, a su vez, se actualizó por la vigente actualmente: UNE-EN 12464-1:2022.