Conceptos básicos de iluminación

Muchas veces al hablar de iluminación nos encontramos con términos y conceptos básicos que nos resultan desconocidos, o con los que no estamos familiarizados y que, sin embargo, son de gran importancia para entender las características físicas de la luz y poder ofrecer una solución de iluminación adecuada a cada necesidad y a cada proyecto.

El objetivo de este artículo es aclarar una serie de conceptos generales sobre iluminación, con un lenguaje accesible, evitando entrar en detalles técnicos, que sirva de guía a los instaladores profesionales para comprender fundamentos esenciales relacionados con la luz y la iluminación.

Sumario

  1. Flujo luminoso/ Lúmenes
  2. Temperatura de color
  3. (IRC) Índice de reproducción cromática
  4. Factor UGR
  5. Ángulo de apertura
  6. Tipo de óptica
  7. Vida útil
Una imagen informativa que muestra distintos tipos de bombillas y iconos que representan conceptos básicos de iluminación como flujo luminoso, temperatura de color, ángulo de haz y vida útil de la bombilla, todo contra un fondo verde menta.

Flujo luminoso/lúmenes

Un lumen (lm) es la unidad de medida que indica el flujo luminoso de una fuente de luz. La intensidad total de luz que emite una fuente luminosa se mide en lúmenes, por lo tanto, cuanto mayor es el número de lúmenes más luz emite. Para informar y orientar al consumidor todas las lámparas y luminarias que se comercializan especifican en sus envases el número de lúmenes que emiten.

Es importante destacar que los lúmenes hacen referencia a la cantidad de luz total emitida por una fuente de luz, mientras que la cantidad de luz recibida en una superficie de un metro cuadrado se especifica con otra unidad de medida: el lux.

Temperatura de color

La temperatura de color es la expresión que se utiliza en iluminación para determinar el tono del color de la luz emitida por una fuente. La unidad que mide la temperatura de color de la luz se denomina Kelvin (K). Cuanto menor sea el número Kelvin de una fuente la luz que emitirá será más cálida, hacia el color rojo, mientras que cuanto mayor sea el número Kelvin la luz será más fría, hacia el color azul.

Las fuentes de luz se engloban en tres grupos dependiendo de su temperatura de color:

Tubos LED

Temperatura de color cálida. Se denominan así aquellas fuentes que emiten luz hasta los 3300 K. Su tonalidad es anaranjadao amarillenta.
Temperatura de color neutra. Es la luz que se encuentra entre los 3500 K y 5000 K. Se caracteriza por un color blanco puro, sin matices hacia tonos rojizos ni azulados.
Temperatura de color fría. Es la luz que se encuentra por encima de los 5300 K. Su tonalidad es azulada.

(IRC) Índice de reproducción cromática

El IRC, o índice de reproducción cromática, es el sistema de medida que se utiliza para determinar la fidelidad con la cual una luz es capaz de mostrar los colores de los objetos en relación con una luz ideal “natural”. El estándar de luz natural lo establece la luz del sol en un día claro y sin nubes al mediodía y equivale aproximadamente a 5500 K.

El rango del IRC se evalúa entre 0 y 100, siendo 100 una reproducción del color de absoluta fidelidad. Por lo tanto cuanto más elevado en el número IRC de una fuente de luz más fieles se muestran los colores de los objetos iluminados por ella.

Factor UGR

Un concepto fundamental en la iluminación interior es el factor UGR, o índice de deslumbramiento unificado, que indica el grado de deslumbramiento provocado por una luz en un entorno cerrado y que se mide en una escala que va desde el 10 al 30, siendo 30 el máximo nivel de deslumbramiento. Por lo tanto cuanto menor es el factor UGR de una luminaria menos deslumbramiento produce su luz.

El factor UGR tiene en cuenta tanto la reflectancia, es decir la cantidad de luz reflejada por una superficie, como la radiación luminosa en todas las direcciones. Hay que tener muy en cuenta el nivel de deslumbramiento en los entornos laborales para evitar luz muy intensa que se pueda reflejar en superficies como pantallas, muebles, cristales, suelos, etc.

Ángulo de apertura

El ángulo de apertura de una fuente de luz indica la amplitud del área que es capaz de iluminar. Por ejemplo, una fuente de luz natural como el sol emite luz en todas las direcciones, es decir tiene un ángulo de apertura de 360º. Las fuentes de luz artificiales se diseñan para limitar el ángulo de emisión de luz dependiendo de cada necesidad, cuanto más se concentran y dirigen los haces de luz en una dirección concreta más se reduce el ángulo de apertura de la fuente luminosa.

Las fuentes de luz se engloban en tres grupos en base a su ángulo de apertura:

    Ángulo de apertura ancho. Son aquellas fuentes que emiten luz en un ángulo de 50º o mayor. Se utilizan para la iluminación de los espacios de manera global y uniforme.

    Ángulo de apertura medio. Son fuentes que emiten luz entre los 25º y los 45º. Este tipo de apertura se utiliza para la iluminación de espacios reducidos o áreas concretas.

    Ángulo de apertura estrecho. Son las fuentes de luz con un ángulo de 20º o inferior. Se utilizan para la iluminación de acento, concentrando la luz en un objeto o producto determinado.

Tipo de óptica

La óptica es la parte más importante de una lámpara o de una luminaria y es la encargada de la distribución de la luz que estas emiten, para definir un conjunto óptico se suelen utilizar reflectores, difusores y/o lentes.

Existen ópticas de muy diversos tipos. Algunas ópticas están directamente relacionadas con el ángulo de apertura que hemos mencionado en el punto anterior, pudiendo ser distribuciones de luz anchas, medias o estrechas, entre otras muchas.

Los fabricantes pueden diseñar lámparas o luminarias con ópticas específicas según las necesidades de cada proyecto. Para representar gráficamente la distribución lumínica de una luminaria se utilizan las fotometrías o curvas fotométricas que muestran la distribución espacial de la luz en un plano cartesiano cuyas variables son la distancia y la intensidad luminosa.

Vida útil

La vida útil de una fuente de luz es el tiempo de funcionamiento previsto desde que empieza a utilizarse hasta que deja de iluminar, en el caso de las lámparas convencionales, o hasta llegar a una depreciación lumínica del 30% en el caso de las lámparas LED.

Cada tecnología de iluminación tiene una vida útil diferente. A lo largo del tiempo se han ido desarrollando sistemas cada vez más duraderos y, en la actualidad, la tecnología LED es la que tiene una vida útil más larga, de hasta 100.000 horas, es decir 11 años y medio funcionando ininterrumpidamente.

Iluminación incandescente. Vida útil de entre 1.000 / 2.000 horas.
Iluminación halógena. Vida útil de entre 2.000 / 4.000 horas.
Iluminación de descarga y fluorescente. Vida útil de entre 4.000 / 8.000 horas.
Iluminación LED. Vida útil de entre 15.000 / 100.000 horas.

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